Galaicodytes caurelensis |
En 1997, el biólogo José María Salgado, catedrático de la Universidad de León, descubrió un insecto de una especie desconocida en la Cova do Eixe, una gruta kárstica de la Sierra del Courel. La nueva especie fue estudiada y clasificada en colaboración con Vicente Ortuño, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid y especialista en carábidos. El hallazgo fue dado a conocer en 2000 en un trabajo publicado por el European Journal of Entomology. La especie, denominada Galaicodytes caurelensis por sus descubridores, constituye también un nuevo género zoológico.
El Galaicodytes caurelensis es un coleóptero de entre 4,5 y 4,7 milímetros de longitud, desprovisto de ojos y de alas, que se orienta con las antenas y vive la mayor parte del tiempo en las grietas de las rocas. Como la mayoría de los cárabidos, es un predador que se alimenta de insectos vivos.
Poco tiempo antes, el entomólogo alemán Thorsten Assmann había descubierto en la vecina Sierra de Ancares una especie de coleóptero que denominó Galiciotyphlotes weberi, cuya descripción coincide con la del Galaicodytes caurelensis. Se cree que las dos descripciones corresponden a un único insecto. Assman incluye esta especie en la tribu Perigonini, mientras que Salgado y Ortuño la clasificaron en la tribu Platynini. Sin embargo, Assmann utilizó para su caracterización un único ejemplar macho. Salgado y Ortuño estudiaron tres ejemplares, machos y hembras, de modo que su descripción es más completa. Otros especialistas consideran más plausible la pertenencia de la especie a la tribu Platynini, puesto que la distribución geográfica de los Perigonini hace menos probable su presencia de forma natural en la Península Ibérica.
Diseño del G. caurelensis por Xan G. Muras |
El especial interés científico del Galaicodytes caurelensis reside en su carácter de especie relicta y de testimonio viviente de las antiguas condiciones biogeográficas. Es la única especie cavernícola conocida de la tribu Platynini en la región paleártica
occidental. Las demás especies de esta tribu que viven en el subsuelo fueron
descritas en áreas geográficas muy distantes: Japón, Taiwán,
Papúa-Nueva Guinea, Hawái, sur de Estados Unidos, México, Guatemala y
Venezuela. Según Salgado y Ortuño, el Galaicodytes caurelensis presenta más afinidades morfológicas con las especies norteamericanas
de esa tribu —concretamente, las que pertenecen a los géneros Rhadine y Tanystoma— que con las especies de América del Sur y del Pacífico. A su parecer, la especie ibérica y sus parientes lejanos de la región neártica proceden de un ancestro común que se extendió durante el Cretácico Inferior por los actuales territorios de América del Norte y Europa. La presencia de este insecto en las montañas de Galicia, por lo tanto, sería una prueba más de la deriva continental,
indicando la existencia de una relación biológica directa entre América
del Norte y Europa en tiempos remotos. De acuerdo con esta hipótesis,
otras especies del mismo grupo que posiblemente vivieron en el actual
territorio europeo se extinguieron a causa de los cambios climáticos de
finales del Cenozoico y del Pleistoceno.
El diseñador gráfico y fotógrafo Xan G. Muras
creó un logotipo inspirado en esta rara especie para ser utilizado como
símbolo del patrimonio natural de la Sierra del Courel, uno de los territorios de
mayor biodiversidad de Galicia. Este emblema es comercializado en camisetas estampadas.
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